Sus orígenes se remontan a fechas anteriores a los asentamientos Romanos. En La Edad Media gozaban de un gran prestigio y privilegios Reales que permitía que el vino de Toro fuera vendido en ciudades donde otros vinos tenían prohibida su venta.

Estos vinos eran consumidos por la Realeza en la Edad Media y fue el primer vino transportado a América en la expedición de Colón. Se exportaron a Francia grandes cantidades de estos vinos para reemplazar sus cosechas que habían sido diezmadas a causa de la filoxera.

En los años 70 se dieron los primeros pasos para la creación de lo que más tarde pasó a llamarse Denominación de Origen Toro, que formalmente fue fundada en 1987.

En la actualidad, La DO Toro es conocida y apreciada por la mayoría de amantes del vino: su clima, su Tinta de Toro, su elaboración tradicional junto con la experiencia y conocimiento de los trabajadores de la bodega ofrecen un vino único pensado para los apasionados del vino por todo el mundo.